
Para soprano y piano
Editorial
Brotons&Mercadal >
Cristina Toledo, soprano. Albert Nieto, piano
COMENTARIOS DEL AUTOR
Victoria de los Ángeles contó con la colaboración de diversos pianistas, y entre los que tuvieron una mayor continuidad y especial amistad hay que citar a los catalanes Albert Guinovart y Manuel García Morante.
El texto del primer homenaje, El arrullo de Victoria, se basa en una sucesión de opiniones elogiosas de varios colegas, amigos y admiradores entusiastas de la voz de Victoria de los Ángeles, como Jaume Aragall, Teresa Berganza, Montserrat Caballé, Renée Fleming, Birgit Nilsson y Antonio Gala. La canción está salpicada en tres ocasiones por el tema de la Canción de cuna para dormir a un negrito del compositor Xavier Montsalvatge, una de
las canciones que más interpretó por el mundo la soprano catalana y con la que arrullaba tumbada en el suelo a su hijo Juan Enrique. Precisamente, Albert Guinovart utiliza esta melodía como introducción de su canción titulada Morir, por lo que también constituye mi pequeño homenaje a mi colega y tocayo, homenaje que reitero finalizando mi canción con las últimas notas de la suya.
En el segundo homenaje, Manuel, amigo Manuel, utilizo un pequeño texto propio que hace referencia a la gran amistad que se profesaron Victoria de los Ángeles y Manuel García Morante, así como a la gran complicidad musical que existió entre ellos y que comentaba la propia soprano. En la segunda sección de la pieza cito la alegre canción
popular catalana La Margarideta, pues la solían interpretar como broche final de sus conciertos. El arrullo de Victoria es, en definitiva, la representación de una actuación de ambos músicos y por ello he introducido muestras gestuales de su gran afecto.
PRÓLOGO
Pese a haber compuesto varias obras para Albert Nieto como solista y como acompañante vocal, y tras haber prologado recientemente un importante trabajo teórico suyo, esa experiencia me sirve de muy poco para hilvanar unas palabras de introducción al Albert compositor que se lanza públicamente con la edición de estas dos canciones que son un homenaje a Victoria de los Ángeles y a dos de sus pianistas habituales: Albert Guinovart en la primera, reflejado en las citas musicales, y Manuel García Morante en la segunda, como protagonista del propio texto de la canción.
Sin duda los muchos años de acompañar cantantes y el consiguiente profundo conocimiento del repertorio vocal y sus particularidades hacen que no me haya extrañado en absoluto que, sin ser un profesional de la composición, haya sabido componer dos pequeñas joyas para canto y piano que gracias a esta edición podrán tener la difusión y el recorrido que se merecen.
Parafraseando a Alejo Carpentier, el músico que todo músico -valga la paradoja- lleva dentro puede adoptar cuando menos se espera muchas manifestaciones sorprendentes, por ajenas a lo que nos es familiar; eso es lo que me ha sucedido a mí con el Albert Nieto compositor, que viene a sumar esa capacidad a su ya muy versátil actividad polifacética que hacen de él uno de los artistas más singulares de nuestro entorno profesional.
José Luis Turina, compositor
EL ARRULLO DE VICTORIA
Toque de porcelana, puro, irrepetible.
Victoria, si los ángeles cantaran tendrían tu voz;
Victoria, llegas a lo más profundo, al fondo del alma.
Toque de porcelana, puro, irrepetible.
Victoria, tienes miles de rosas en la garganta;
Victoria, tu voz es una eterna primavera,
la sonrisa del sonido.
Toque de porcelana, diáfano, inigualable.
Victoria, insuflas paz con tu timbre angelical.
Un mundo entero te quiere, un mundo te quiere, un mundo te quiere…
MANUEL, AMIGO MANUEL
Manuel, amigo Manuel.
Tus dedos, acariciando el teclado,
y yo receptiva, sacudida
y elevada hacia la belleza, hacia el infinito.
Milagrosa complicidad, milagrosa complicidad.
Margarideta lleva’t de matí, lleva’t de matí,
Margarideta lleva’t de matí, lleva’t de matí.
Prou me’n llevaria jo, si camiseta en tenia.
Manuel, amigo Manuel…